Finita y ella gigante.
Angosta y pegadita de un lado, del otro, un pedazo de papel
plegado…
Cuando me siento tan así me lastimo fácil, no auto flageló he, no,
de que quise jugar, esas cosas que suelen ser divertidas cuando el cuerpo se
dispone a disfrutar, pero no, me lastime, porque estoy así y así lo comunica mi
cuerpo, dejándome ser, sentir(me) y convivir(me) frágil.
Me costó el mundo.
Me costó ser.
Me costó ser y estar en el mundo.
Me costó un dedo ser en el mundo que atraviesa mis dolencias
con pelotas.
Ella gigante me levanta de a pedazos y me mima a la
distancia.
Pernoctando la última noche con sueñitos de estar juntitas y
enredadas mañana.
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