Soy pequeña, menuda, petisa, chiquita, pero me jacto de
tener gran ímpetu.
Soy reaccionaria, accionaria, preocuposa, peleadora,
temperamental.
Soy también atea, escéptica, contradictoria, medio
feminista, pero sin el tinte político, por eso más bien me defino como
humanista mujer.
Hay días que me cuesta sostener con la escasa estructura el andamiaje emocional, encaro
luchas individuales con mounstritos y después, después mastico bronca, aprieto los
puños, se me juguean los ojos, pero no bajo el perfil, aunque suelo caer en la
sensación de que me pechan por mujer, por lesbiana, por verborragica, por todo,
menos por las vías correctas de embate.
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